Dentro de su obra han quedado temas inolvidable, boleros como "toda una vida" o "Angelitos negros" que marcaron a una generación de la postguerra. Canciones que, ya de por sí, suenan a antiguo aparato de radio que preside la salita de estar de antiguos hogares de la España del hambre y de la represión. Pero que sin embargo inspiran una ternura y una nostalgia que va mucho mas allá de las penurias de aquellos tiempos.
No es que haya sido un forofo incondicional de Machín y. prácticamente, escucharlo en determinados momentos habría sido sinónimo de avergonzarse y tener que hacerlo practicamente a escondidas, pero con el reposo que da el paso del tiempo debo confesar el gusto y el paladeo por estas viejas canciones, viejos ritmos cubanos, que también están en las raices de otros temas más recientes y que gozan de mayor predicamento intelectual.
En lo personal, tan solo el título de la canción, "El huerfanito", me parece un acierto poético y literario y siempre tube en mi pensamiento que si algún día pusiese un bar, una tasca, o un espacio donde saborear una buena bebida y mantener una amigable charla lo denominaría asi: "El Huerfanito".
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