Hoy traigo este extraño, precioso y poético tema, contenido en su trabajo "Nuevo pequeño catálogo de seres y estares", publicado en 1990. Una letra que da que pensar. Una hermosa canción, una más, de este maravilloso dúo que tanto me gustó en su momento y me sigue gustando
Cruzó el pasado en el camino
y lo miraba y no podía llorar.
Entre el crepúsculo y el alba
no hizo otra cosa que dejarse llevar.
Y refulgiendo cual luciérnagas,
caminando sin prisa sobre el tiempo,
huyen de un mundo material,
son espíritus barridos por el viento.
Y ahora van
hacia su abstracción,
dales sólo paz y una sonrisa,
cielo abierto y aire para respirar.
Caen las estrellas de su manto,
verdean los campos a un resquicio de luz,
la pradera ahora es su casa
donde la espiga brota entre la flor.
Si les miente la vida
se hacen parapetos con poemas.
y lo miraba y no podía llorar.
Entre el crepúsculo y el alba
no hizo otra cosa que dejarse llevar.
Y refulgiendo cual luciérnagas,
caminando sin prisa sobre el tiempo,
huyen de un mundo material,
son espíritus barridos por el viento.
Y ahora van
hacia su abstracción,
dales sólo paz y una sonrisa,
cielo abierto y aire para respirar.
Caen las estrellas de su manto,
verdean los campos a un resquicio de luz,
la pradera ahora es su casa
donde la espiga brota entre la flor.
Si les miente la vida
se hacen parapetos con poemas.
Un día color de melocotón,
cuando todos seamos libres,
cuando las piedras se puedan comer
y ya nadie sea más que nadie,
canta por mí
si no estoy yo aquí.
Viene el día en que seremos puros
como un cielo de verano sobre el mar.
Cantaré por tí
si no estás tú aquí
cuando todos seamos libres,
cuando las piedras se puedan comer
y ya nadie sea más que nadie,
canta por mí
si no estoy yo aquí.
Viene el día en que seremos puros
como un cielo de verano sobre el mar.
Cantaré por tí
si no estás tú aquí
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