Esta preciosa canción de amor, a ritmo de ranchera, fue compuesta en las primeras etapas de Victor Manuel, antes de su declarada toma de postura política y alineación junto a las tesis del ilegal Partido Comunista de España, lo que demuestra su ambivalencia y su declarada vena romántica, para nada incompatible con su militancia política.
Posteriormente, y ya en 1996, este tema fue resacado como parte del popularísimo trabajo denominado "El gusto es nuestro" en el que colaboran cuatro grandes de la música española como son él mismo, su esposa Ana Belén, Miguel Ríos y Joan Manuel Serrtat, y que alcanzo cotas de popularidad extraordinarias.
De imágenes absolutamente limpias y transparentes, de un ritmo "arrancherado", es una bonita declaración de amor e invitación a aceptar el mismo... y como no, ese "sabes que te quería como a nada en el mundo...
Siento tu mano fría
correr despacio sobre mi piel,
y tu pecho en mi pecho y tu desnudez.
ya olvido reproches que imaginé.
Vente conmigo al huerto
que están las rosas
queriendo ver la promesa
que has roto para volver
y así creer lo que les conté.
Dije que te quería
como a nada en el mundo.
que seguía tus pasos,
tu caminar, como un lobo en celo
desde mi hogar
con la puerta abierta de par en par,
de par en par.
Que tenía en penumbra
nuestro rincón
en aquel salón con dos cubiertos
y tu canción
y con tus flores en el jarrón.
Siento tu mano tibia
que palmo a palmo besa mi piel
y tus brazos me enredan hoy como ayer;
en este nuevo día vuelvo a creer.
Vente conmigo al puerto
que hay una barca en el malecón
con tu nombre pintado secando al sol,
con tu mano grabada junto al timón.
Sabes que te quería
como a nada en el mundo…
Que tenía en penumbras
nuestro rincón…
Quiero abrazarte tanto
con mis sentidos, con tanto amor
que no haya más sonido que nuestra voz
mi cuerpo en el tuyo a continuación.
Y yo andaré la tierra
como un romero buscando a un dios
y tendré tu regazo, tu comprensión
y una casa pequeña para los dos.
Tu sabes que te quiero
como a nada en el mundo…
Que tenía en penumbra
nuestro rincón…
correr despacio sobre mi piel,
y tu pecho en mi pecho y tu desnudez.
ya olvido reproches que imaginé.
Vente conmigo al huerto
que están las rosas
queriendo ver la promesa
que has roto para volver
y así creer lo que les conté.
Dije que te quería
como a nada en el mundo.
que seguía tus pasos,
tu caminar, como un lobo en celo
desde mi hogar
con la puerta abierta de par en par,
de par en par.
Que tenía en penumbra
nuestro rincón
en aquel salón con dos cubiertos
y tu canción
y con tus flores en el jarrón.
Siento tu mano tibia
que palmo a palmo besa mi piel
y tus brazos me enredan hoy como ayer;
en este nuevo día vuelvo a creer.
Vente conmigo al puerto
que hay una barca en el malecón
con tu nombre pintado secando al sol,
con tu mano grabada junto al timón.
Sabes que te quería
como a nada en el mundo…
Que tenía en penumbras
nuestro rincón…
Quiero abrazarte tanto
con mis sentidos, con tanto amor
que no haya más sonido que nuestra voz
mi cuerpo en el tuyo a continuación.
Y yo andaré la tierra
como un romero buscando a un dios
y tendré tu regazo, tu comprensión
y una casa pequeña para los dos.
Tu sabes que te quiero
como a nada en el mundo…
Que tenía en penumbra
nuestro rincón…
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